domingo

Lombok

Todo ha seguido un curso. Luego del desembarco nos dirigimos a la playa de Senggini en Lombok. Gecko partió a la isla Gilli Trevangan muy temprano en la mañana y yo me quedé con la idea de partir al volcán Gunnung Rinjani.
Después de despertar a eso de las once de la mañana hice un recorrido por el lugar que no era más que unos pocos restoranes y boliches, aunque llegando a la playa un par de hoteles miraban al mar. Se trataba de pequeñas cabañas rodeadas de canales y fuentes de agua, canchas de tenis y mucho equipamiento. Pasé buena tarde gozando de la piscina mientras encontraba alguna manera razonable de transporte. Al final hice convenio con un tipo en moto, para que me llevara a Senaru hasta los pies del volcán. Fueron dos horas y medias sentado en la parte trasera de una motocicleta en un viaje único por la sensación del viento y por la fragilidad que sentí­a arriba de la moto. Cualquier mínimo problema podía significar el fin. A 80 o 90 kilómetros, con traje de baño, polera y chalas, cualquier percance era una sacada de chucha tremenda. Pero el temor fue algo momentáneo. El tipo se manejaba y actuaba con prudencia. Después me llevó a su casa y me ofrecieron té y algunas cosas, y luego quisieron que enganchara con el cuñado para que hiciera la ascensión a la montaña.
-My friend, mi cuñado conoce muy bien la montaña. El siempre sube con turistas, is very cheap, dijo el tipo de la motocicleta, mientras su cuñado me miraba con ojos de huevo frito.
-Muchas gracias, dije, pero me gustaría realizar esta excursión por mi cuenta.
-No possible my friend, no possible, es muy peligroso, decía el hombrecillo mientras más gente de la familia se acercaba. Yo observaba toda esta situación y trataba de entender qué hacía con toda esta gente extraña, que parecían una mezcla entre Malayos, Chinos o Hindues, todos bien bajitos.
-Yes, danger, danger, dijo el cuñado, demostrando que sabía hablar.
-No sé..estoy muy cansado con el viaje en moto, tal vez ni siquiera vaya, dije tratando de eludir el tema.
Ellos siguieron insistiendo, pero de alguna manera logré convencerlos que me llevaran a un losmen para pasar la noche. Lo que pasa es que los Indonésicos se manejan por el tema del dinero. Son amigables, simpáticos, pero siempre esperan darte algo a cambio de plata. Es quizás la única manera en que la economía se maneja.